jueves, 12 de agosto de 2010

Sobre el concepto de cultura. Por: Francisco lopez.

Para entender el significado de lo que se denomina cultura, es necesario comprender el significado de sociedad. Así como no podemos entender lo que es una vestimenta sin antes saber quien o quienes son los que pueden vestirse, es decir sin la existencia de un ser vivo (en este caso seria el ser humano) no tiene sentido la existencia de la vestimenta; asimismo sin la existencia de la sociedad no tiene sentido la existencia de la cultura.




Concretamente, una sociedad es un conjunto de personas interrelacionadas por lazos comunes, sean estos territorio, institucionalización política (Estado), comercio, idioma, religión, entre otros.



Muchas veces confundimos los términos nación, Estado, sociedad y cultura. Pensamos que son lo mismo. Pero no son lo mismo, todos giran en torno a la sociedad.



Cuando hablamos de sociedad nos referimos de una manera muy general a un conjunto de personas con lazos comunes. Cuando hablamos de Estado nos referimos de una sociedad institucionalizada políticamente. Es así que existen sociedades estatales y sociedades no estatales. Ejemplo de una sociedad estatal es el Perú. El Estado peruano está conformado por la “sociedad peruana”, la cuál está organizada políticamente en torno a tres poderes: Ejecutivo, legislativo y judicial. Ejemplo de una sociedad NO estatal es la jefatura de Israel, antes de llegar a la “tierra prometida”. Si bien existía una organización política, esta no estaba institucionalizada. El Egipto de esa época, en cambio, si era un Estado. Egipto no era una simple tribu o jefatura, o un simple conjunto de tribus como lo era el Israel de Moisés, las 12 tribus de Israel. Egipto estaba institucionalizado en una monarquía despótica donde el Faraón era el tirano, la máxima autoridad.



En lo que respecta a la nación, hay que resaltar que para que exista una nación no es necesario que exista el Estado, aunque esta nación pre-estatal tiende a ser Estado en el futuro. Israel de Moisés era una nación, que en el futuro se convertiría en un Estado monárquico.



Una nación es una sociedad históricamente constituida. Son propios de la nación tener en común el idioma, la historia, el territorio (o el proyecto de territorio en el cuál se quieren asentar), un proyecto político propio, el cual puede ser revestido por un rasgo que unifique superestructuralmente (es decir en la ideología) a toda dicha sociedad. En el caso de las israelitas este proyecto estaba revestido por la religión del DIOS de sus antepasados: Abraham, Ysaac y Jacob. A dicha ideología, me atrevo de una manera muy general a llamarla nacionalista. Ya que fue la que formó dicha nación.



Hay que considerar que no necesariamente un Estado es una nación. Hay Estados que NO son naciones. Es el caso del Estado peruano. El Perú es un país dentro del cuál hay varias naciones: Los ashanincas, los aguarunas, las comunidades aymaras, las comunidades quechuas, las provincias, distritos o departamentos con una ideología y un proyecto político propio, además de una cultura propia, regionalista-separatista, entre otros. Además de esto, el Perú no tiene un proyecto político propio. El Estado peruano no se ha dedicado a integrar eficientemente todas estas naciones que existen dentro del Perú.



Hay que considerar que la misma existencia del Estado peruano puede ser un factor histórico para que todas estas naciones se integren y logren crear su proyecto político propio.



El idioma español es el idioma dominante, la gran mayoría de la población peruana habla este idioma. Pero también hay minorías que hablan diversos idiomas como el quechua, el aymara, el aguaruna, el jacaru, entre otros. Existen dos formas para que estas minorías se integren para formar una nación peruana: Aniquilar su cultura (idioma, costumbres, creencias, entre otros), sea de una manera paulatina o de una manera “salvaje”, rescatándolas para la cultura occidental. O, también, integrando sus culturas a nuestra cultura occidental creando una nueva cultura, y creando un proyecto político propio para todos, donde nos beneficiemos todos sin exclusión.



Si bien lo primero (la “extinción de las minorías” por parte de la civilización occidental), se ha dado desde hace cientos de años, pasando por varias fases, unas violentas y otras paulatinas y pacíficas en la figura; son estas mismas naciones minoritarias las cuáles (por iniciativa propia) están fusionándose (uniéndose, integrándose) a la civilización occidental, fundada por los españoles en nuestro país cuando nos conquistaron, invadieron.



Que un núcleo poblacional en el cono Norte de Lima se llame Tawantinsuyo, que exista gente en la misma capital del Perú, y en las capitales de las mismas ciudades, que hablen quechua, aguaruna, aymara, jacaru, entre otras lenguas. Que se lleven a cabo fiestas costumbristas en las entrañas de la ciudad, y las mismas migraciones del campo a la ciudad son muestra palpable de la iniciativa de estas minorías.



Ahora bien, ya que estamos tratando el tema de cultura creo necesario diferenciarla de los otros términos mencionados anteriormente: Nación, Estado y sociedad.



Como ya sabemos una sociedad puede ser nación, y también puede ser Estado. Pero no puede ser cultura. Una nación puede ser Estado, como también no lo puede ser ya que como dijimos anteriormente hay naciones que no son Estado. Un Estado puede estar conformado por una nación, como también por dos, tres o más naciones. Pero un Estado no puede estar formado sin nación, nunca ha existido un Estado que se forme sin por lo menos una nación. Sin embargo, ¿cuáles son los rasgos característicos de todas estas sociedades? La cultura.



La cultura es toda manifestación material e inmaterial que caracteriza a solo una sociedad. El modo de vestir, el idioma, la religión, las creencias, entre otras manifestaciones sociales forman parte de la cultura de una sociedad.



Dentro del Estado peruano hay varias culturas, no existe la cultura peruana propiamente dicha, aunque hay una cultura dominante la cual es la occidental. Entonces esto quiere decir que dentro del Estado peruano existen varias sociedades. Por lo cuál no existe una sociedad peruana propiamente dicha. Todas estas minorías sociales (quechuas, aymaras, aguarunas, entre otros) forman en conjunto una mayoría.



No hay que confundir nación con cultura. Así como toda sociedad no es necesariamente una nación, igualmente una cultura (rasgo distintivo de dicha sociedad) no lo es. La clave para identificar a la nación es que esta primero tiene que tener un proyecto político propio (el cual se forme por un rasgo principal unificador), y que tiene que tener una cultura propia, es decir ser una sociedad. Ya que una cultura es sinónimo de la existencia de una sociedad. Así como cuando en las excavaciones arqueológicas un hueso humano es sinónimo de la existencia de un solo hombre.



Espero que esta redundancia sea necesaria, que valga la redundancia.



Ahora, ya teniendo la terminología explicada, creo conveniente adelantarme a exponer lo que es la cultura, de una manera más analítica, ya que la síntesis ya esta hecha.



Una cultura es una formación histórica social. Estas manifestaciones humanas pueden darse de dos formas principales: Materiales e inmateriales. A las materiales las denominamos “modo de producción” y a las inmateriales superestructura. No hay que confundir lo que es una forma de producción de lo que es un modo de producción. Un modo de producción es la manifestación material de una sociedad. La vestimenta, los canales de irrigación, las edificaciones, entre otros elementos materiales forman parte de lo que es un modo de producción. Es decir los productos también son parte del modo de producción.



Quizá, los primeros materialistas históricos de los siglos XIX y XX cometieron el error de denominar modo de producción a la parte material de la cultura, porque este término se prestó a dar razón a los prejuicios de ciertos intelectuales, de que los materialistas históricos “todo lo veían producción” y no veían las cosas de una manera más amplia, ya que (según ellos) los materialistas históricos obviaban las actividades humanas que no tenían nada que ver con la producción, como es el caso de ir a una fiesta, salir con la enamorada, beber una cerveza, fumar un cigarro. Sin embargo, estos críticos del materialismo dialéctico no consideraban que para beber una cerveza era necesario que esta se fabrique (ya que de no aparecía por “arte de magia”), o para llevar a pasear a la enamorada era necesario llevar algo de dinero, ni otros detalles más.



En este caso el autor de este artículo va a seguir denominando “modo de producción” a toda la parte material de cada cultura de las sociedades donde se llevaba a cabo la producción, es decir a todas las sociedades a partir de la revolución neolítica. En el caso de las sociedades primitivas llamaré a la parte material de su cultura “materiales socialmente significativos”. Ya que esta es solo cuestión de nombres, el autor de este artículo se responsabiliza totalmente por estas afirmaciones.



Los primeros materialistas históricos de antaño, formularon dos términos ligados a lo que es el modo de producción: Las fuerzas productivas y las relaciones de producción.



Las fuerzas productivas vienen a ser la dialéctica entre los medios de producción y la fuerza de trabajo. La fuerza de trabajo es generada sí y solo sí por el ser humano, mientras que los medios de producción vienen a ser la suma de los objetos de trabajo (recursos naturales o materias primas), la fuerza motriz (de los animales), los instrumentos de producción o instrumentos de trabajo (máquinas, lampas, entre otros), y todos los medios materiales que utiliza el hombre en el proceso de producción. La fuerza de trabajo puede ser física o intelectual.

Las relaciones de producción, según los primeros materialistas dialécticos no eran solo relaciones de producción, ese era el nombre se asignaba a la relaciones entre seres humanos. Eran las relaciones de producción, distribución y consumo. Las relaciones sentimentales también forman parte de las relaciones de producción. Al igual que los otros tipos de relaciones. Los materialistas dialécticos no dividimos estructural ni mecánicamente los diversos aspectos de la vida, sino que los relacionamos buscando la raíz de los problemas para encontrar sus soluciones concretas.



Cada acto que hacemos los seres humanos en nuestra vida cotidiana esta ligado en una u otra forma al medio natural o al medio cultural, al medio ambiente en general. Si yo soy músico, sí y solo sí necesito por lo menos instrumentos musicales, y estos instrumentos musicales no los podría obtener nunca si antes no han sido fabricados por alguien. En la satisfacción sus necesidades está ligada de una u otra forma la vida de cada persona. Y es a esto a lo que querían llegar los materialistas dialécticos de antaño, al igual que los del presente. Lástima que a querer llegar a la raíz de las cosas hayan sido malinterpretados como deterministas económicos. Quizá su énfasis en esto les dio esa apariencia. Y como la mayoría de los seres humanos “nos dejamos llevar” por las apariencias, entonces se fue descartando poco a poco el materialismo dialéctico en las filosofías de los hombres.



Las relaciones de producción (las cuáles no solo engloban la producción, la distribución y el consumo, sino también los aspectos políticos, sentimentales, entre otros) son las relaciones humanas en general, de acuerdo al vocabulario de los materialistas dialécticos.



Haciendo un recuento, las relaciones de producción y las fuerzas productivas forman dialécticamente lo que denominamos el modo de producción. Y el modo de producción y la superestructura (ideología, cosmovisión, entre otros) forman en sí lo que es la cultura.



Todas las sociedades a lo largo de la historia han tenido cultura, desde las hordas nómadas del paleolítico hasta las potencias imperialistas modernas.



Hay muchos aspectos más que faltan por aclarar sobre las diversas culturas que existen y que han existido en las sociedades humanas a lo largo del tiempo. Esta exposición es solo un breve análisis de lo que es la cultura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario